La seguridad comienza con la CONEXIÓN que es la que nos une y es la base de cualquier vínculo.
Somos seres sociales por naturaleza, desde que el hombre es hombre ha convivido en grupos, tribus, pueblos… porque esa unión nos hacía más fuertes y nos garantizaba la supervivencia. El que se quedaba apartado, solo o era desterrado, estaba destinado a morir, por lo que contar con el apoyo y la aceptación de los demás es una de las necesidades más importantes que tenemos como seres humanos y nuestro cerebro así lo percibe , está implícito en nuestros genes.
Nacemos totalmente indefensos e inmaduros, con todos nuestros sistemas sin desarrollar… eso nos hace tremendamente dependientes y con una gran vulnerabilidad para sobrevivir y eso hace que desarrollemos un poderoso instinto para estar cerca de nuestra madre o cuidador. Algo dentro de nosotros nos dice que necesitamos a esa persona, porque nos va la vida en ello…. Como oí a alguien decir una vez…
“LA COSA CONSISTE EN APEGARSE O MORIR”
Así es como empieza la formación de los vínculos afectivos con nuestras figuras de cuidado. Es algo intangible que no se puede ver ni tocar, pero que existe. Es como un cordón umbilical imaginario que continúa uniendo la vida de nuestro hijo con la nuestra y que nos recuerda que ese bebé nos necesita profundamente para sobrevivir.
Estos vínculos o apego se puede hacer de una manera más segura o sana que beneficie más a nuestros hijos o por otro lado de una manera menos segura o menos adaptativa que perjudique el sano desarrollo de nuestros niños.
Biológicamente esto tiene que ver con la “OXITOCINA y con el funcionamiento de nuestro Sistema Nervioso Autónomo PARANSIMPÁTICO.
Este sistema es el de la CONEXIÓN, el AMOR, la CALMA , la EMPATÍA y las CONDUCTAS ALTRUISTAS… una vez segregada la oxitocina el efecto de esta hormona se percibe en todo el cuerpo encontrándonos con un sentimiento de BIENESTAR, TRANQUILIDAD, CALMA Y SOSIEGO.
Al ser la oxitocina la hormona que que da lugar al parto , las recién estrenadas mamás están ¡¡A TOPE DE OXITOCINA!! Lo que promueve que se cree el vínculo emocional entre ambos.
Pero nuestros bebés nacen sin la capacidad de regularse por ellos mismos y necesitan de nuestra regulación para calmarse en esos momento que ellos no se sienten bien; puede que tengan hambre, frío, calor, que se sientan mojados, molestos… dentro de ellos solo sienten que va creciendo una sensación interna de incomodidad y de malestar y que ellos solos no pueden salir de esa situación. Y la manera que ellos tienen de hacer entender todos esos estados desregulados y que necesitan de nuestra co- regulación es a través del llanto… y los bebés se estresan y se desregulan con mucha facilidad lo que les hace salir de ese estado de calma y de bienestar muy frecuentemente y necesitar de nuestro auxilio.
Además, nuestros bebés sienten todo ese estrés en el cuerpo y necesitan de la cercanía y del contacto físico para volver a la calma.
En esos momentos de estrés toma el control de nuestro cuerpo el Sistema Nervioso Autónomo Simpático, que pondrá en funcionamiento nuestros sistemas naturales de defensa segregando CORTISOL Y ADRENALINA, al detectar algún peligro o amenaza. Este sistema de protección, evolutivamente también nos ha procurado la supervivencia, puesto que internamente el cuerpo tuvo que aprender a prepararse para tener las mejores condiciones para LUCHAR contra cualquier animal peligroso que amenazara nuestra vida o HUIR Y CORRER muy rápido por si nos perseguían. Todos estamos familiarizados con estas sensaciones; nuestro corazón late más deprisa para tener más sangre disponible en el cuerpo, respiramos más rápido para meter más oxígeno también, nuestro cuerpo envía esa sangre a nuestros músculos para que podamos utilizarla, se nos seca la boca, nuestra digestión se para pues el cuerpo entiende que no es momento para comer… Todos estos síntomas que percibimos dentro de nosotros cuando nos ponemos nerviosos, se ponen en funcionamiento porque nuestra mente detecta cualquier peligro o amenaza, ya sea real o imaginaria. Ahora las amenazas diarias posiblemente no ponen en riesgo nuestra vida (ya que afortunadamente nuestro entorno no está plagado de animales que nos quieran devorar o perseguir..), pero este sistema sigue estando ahí para protegernos.
Las bases de ambos sistemas el de la calma y el de la protección se van a ir formando desde que nacemos y las bases se van a ir desarrollando según cómo sea la empatía que nuestra figura de apego tenga hacia nuestros estados desregulados y cómo de sensible y amorosa responda a lo que en ese momento estamos necesitando. Y eso va seguir siendo así durante todo el resto de nuestra vida.
Saber leer y traducir las necesidades de nuestros hijos en cada etapa de su vida es vital para que ellos vayan desarrollando esa sensación de CONFIANZA Y SEGURIDAD que ponga en funcionamiento su sistema de EXPLORACIÓN y APRENDIZAJE y puedan desarrollar todo su potencial .
Y a tí como padre , ¿Te resulta fácil o difícil leer lo que necesita tu hijo en cada momento?
¿Te sentías más seguro respondiendo al llanto de tu bebé y ahora tu adolescente no sabes por donde cogerle?. Cuéntame Si te apetece y te invito a entrar en “LA ESCUELA DE PADRES SEGUROS”, donde te acompaño en ese camino hacia tu seguridad, creando vínculos sanos y fuertes con tus hijos.
“PADRES….SEGUROS…HIJOS SEGUROS”